La vida es hermosa porque está llena de preguntas que ni la ciencia ni la religión han podido explicar todavía. Este es el caso de lo que sucede después de la muerte, algo que a todos nos da miedo pero al mismo tiempo nos llena de curiosidad.
Hoy vamos hablar de la reencarnación, que ha sido tema de muchos estudios. Uno de los más recientes fue realizado por Sam Parnia de la Universidad de Southampton en el Reino Unido.
La mayoría de las personas creen que todo llega a su fin con la muerte, sin embargo la ciencia no ha podido explicar algunos casos que demuestran todo lo contrario.
El 5 de mayo de 1957 toda una comunidad se dirigía a la iglesia, mientras que las dos pequeñas niñas de la familia Pollock, Jaqueline y Joanna, de tan solo 6 y 11 años respectivamente, se adelantaron para alcanzar a jugar antes de ingresar a la misa.
Las niñas tenían plena conciencia de donde estaban, de la gente del pueblo. Tenían los mismos hábitos y costumbres. Gillian realizaba el papel de su hermana Joanna, quien ya había muerto, mientras que Jennifer actuaba igual que su hermana Jaqueline.
Otro detalle también muy extraño, fue que las dos niñas poseían las mismas cicatrices que sus hermanas fallecidas. En una ocasión, sus padres las escucharon hablar sobre el accidente, describían las sensaciones, recordaban como la sangre brotaba de sus bocas.
Fue tanto el apego de las gemelas con la vida de sus hermanas muertas, que sus padres comenzaron a tratarlas como tal, incluso decidieron vivir bajo la identidad de las gemelas fallecidas Jaqueline y Joanna.
